El mes pasado, las compañías del sector con YPF a la cabeza establecieron la suba con el argumento de “compensar la variación del tipo de cambio oficial, las diferencias en los costos logísticos y de operación, el achicamiento de la brecha entre grados de combustible y el aumento de precios de biocombustibles”.

Los motivos para avanzar con este nuevo incremento son los mismos, aunque agravados por una espiral inflacionaria que no le da respiro a toda la cadena petrolera.

A partir de la suba que viene el litro de nafta súper se comercializará en Capital Federal por encima de los 183 pesos, mientras que ya en la provincia de Buenos Aires ese precio subirá casi 10 pesos más. Se estima que hacia julio el valor del litro de súper en la Ciudad podría orillar los 200 pesos.

Por el lado de la nafta premium, la unidad aumentará a 223 pesos en Buenos Aires, mientras que las variantes en gasoil se elevarán a casi 200 pesos el litro más “económico” y más de 266 pesos el diésel de mayor rendimiento.

Para las estaciones de servicio el aumento no alcanza
El cronograma de subas acordado por el Gobierno con las petroleras es observado como insuficiente por las estaciones de servicio, que afrontan costos por encima de los aumentos consensuados y en el último tiempo atraviesan una nueva etapa de cierres de puntos de expendio.

En ese sentido, desde CECHA, la confederación que integra a los empresarios del expendio, recientemente se emitió un comunicado en el que se exponen las dificultades que atraviesa el sector.

Respecto del acuerdo vigente entre las empresas y el oficialismo, los expendedores señalaron que, “si bien da cierta previsibilidad al establecer un sendero de aumentos contenidos, lo que hace es poner en jaque a un sector que ha venido sobreviviendo en un contexto de incremento generalizado de los costos, precios intervenidos por el Estado y paritarias por encima de la inflación”.

Con un incremento proyectado del 16 por ciento en los combustibles para los próximos cuatro meses, la organización sostiene que carece de espalda financiera para cumplir con el aumento del 30 por ciento correspondiente a la paritaria del sector.

“CECHA exige una participación activa en la mesa conformada por el gobierno y las petroleras donde se debaten estos temas para poder aportar propuestas concretas que reviertan la grave situación que atraviesan. Actualmente, el sector ha sufrido el cierre de 40 estaciones blancas en el último año y temen que la situación empeore si no se toman medidas urgentes”, remarcó la entidad.

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