Vladimir Osorio Abarca, ‘El Michan’, tenía 22 años y sumaba un buen prontuario policial cuando murió baleado desde un vehículo en la esquina de El Cedro con El Alerce, en la Villa Santa Teresita de la comuna de Quilicura, en Santiago. Un ajuste de cuentas de una banda rival.

‘El Michan’ no era de ahí, vivía en la población Parinacota, en otro rincón de la misma comuna. Aún así, amigos y familiares decidieron recordarlo levantando allí, en la plaza pública y sin pedir autorización, un memorial. Uno que estaba conectado a la red de electricidad, tenía un quincho para hacer asados y hasta una mesa de ping pong. Todo adornado con fotos del malogrado joven y flores.

Según el diario Las Últimas Noticias, la edificación era conocida como “El mausoleo de los 9″.

“Todos los días 9 de cada mes se juntaba una gran cantidad de gente en este quincho. Un lugar completamente electrificado, con equipos de sonido. Se reunían a hacer asados y lanzaban fuegos artificiales. Tenían un gran poder de coordinación, ya que incluso traían gente de otros lugares y cometían toda clase de incivilidades. Se atemorizaba a los vecinos de la villa”, contó Constanza Martínez, delegada presidencial de la Región Metropolitana. ¿Por qué los días 9? Porque Osorio Abarca murió un 9 de junio.

Pero el mausoleo de los 9 ya no existe. La madrugada del jueves, sin avisarle a nadie, fue echado abajo con maquinaria pesada como parte del programa de demolición de memoriales narco que impulsa el gobierno de Gabriel Boric por la recuperación de los lugares públicos. El de El Machin es el segundo memorial de este tipo que la delegación demuele, tras el de Diego Marchant, integrante del clan de “Los Marchant”, ubicado en Lo Espejo y demolido el 5 de junio. Bajo los escombros de esa animita se encontró una bóveda con restos de droga.

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