La imagen es llamativa. Una bicicleta con ruedas cuadradas que no giran. Un invento disruptivo que planteó un ingeniero ucraniano
Reinventar la rueda es verdaderamente una proeza. El hombre, desde que comprendió que el hecho de rodar permitía transportar más fácilmente el objeto que fuera necesario trasladar de un punto a otro, ha usado la rueda sin dudarlo. Lo hicieron los egipcios para llevar las enormes piedras con las que construyeron las pirámides; lo uso el Sultán Mehmet, para cruzar por el medio de un bosque, toda la flota de barcos con los que atacaría a los romanos de Oriente para conquistar Constantinopla; lo usó el hombre para hacer carruajes, bicicletas y finalmente, autos.
Hasta que llegó el ingeniero ucraniano Sergii Gordieiev, para decir que la rueda podría ser cuadrada, y entonces todo queda expuesto a revisión. Este ingenioso creador de soluciones disruptivas ya había mostrado su particular modo de cuestionar “la redondez de la rueda” con una bicicleta cuya rueda trasera estaba partida en dos mitades separadas, pero que al tocar el piso alternadamente, daban continuidad una a la otra sin dificultad. La cuestión era solamente visual, porque en lugar de un aro único, lo que se veían eran dos medialunas que giraban por separado.
Ahora, nuevamente con una bicicleta, el desafío es superador porque si la rueda tiene una condición es la de ser redonda para poder rodar, y este invento lo que muestra es una bicicleta convencional, a la que se le retiraron sus ruedas originales y se le colocaron dos ruedas cuadradas.
La construcción la hizo el propio Gordieiev en su taller personal, cortando caño cuadrado para crear las dos ruedas, cortando también las cubiertas para dejar únicamente las bandas de rodamiento sin sus laterales, y generando esa cinta transportadora interior que se ubica dentro del marco de caños.
Al doblar, esta bicicleta es algo más incómoda, aunque a la vez tiene una estabilidad mayor que incluso permite dejarla parada sin tener que usar un sostén
En uno de los ángulos de la rueda trasera, comandando el eje de ese extremo, un engranaje como el que tienen las bicicletas convencionales en el centro de la rueda, hace las veces de piñón para que la cadena que mueven los pedales haga girar la rueda y le de propulsión a la bicicleta. Después tuvo que hacer también una adaptación de la corona, porque si bien es la misma que se encuentra normalmente en una bicicleta, la cadena es más corta y va hacia arriba en lugar de ir hacia atrás, ya que el piñón está del lado opuesto pero en el mismo caño donde se coloca el asiento del ciclista.
Así, esta bicicleta de ruedas cuadradas tiene dos cadenas en lugar de la única y clásica habitual. Una que sube accionada por los pedales hasta el contrapiñón, y otra que sale ese mismo elemento rodante hacia el piñón colocado en el lateral de la rueda trasera. Así se puede lograr una desmultiplicación de menor o mayor fuerza para el andar que se desee.