Tras más de un año inmerso en la llamada “guerra contra las pandillas”, el presidente salvadoreño Nayib Bukele ha anunciado una contienda más. Esta vez, ha dicho, es contra los corruptos y ha proclamado la construcción de una nueva cárcel donde encerrarlos. Así lo informó el mandatario la noche del jueves, durante su discurso a la nación al cumplir su cuarto año en el poder.
Como muestra de su nueva ofensiva, Bukele anunció que, en el momento en que pronunciaba esas palabras, la Fiscalía General de la República ejecutaba el allanamiento e incautación de todas las propiedades del expresidente Alfredo Cristiani, quien gobernó el país centroamericano durante 1989 a 1994.
“Así como desplegamos fuerzas de seguridad y acorralamos a los pandilleros hasta llevarlos a la cárcel, así también perseguiremos a los delincuentes de cuello blanco, vengan de donde vengan”, dijo Bukele. Desde su salida del poder, Cristiani ha sido fuertemente señalado por presuntos actos de corrupción. Por ejemplo, una investigación periodística de El Faro reveló que cinco meses antes de dejar el Gobierno, Casa Presidencial emitió 106 cheques a su nombre por un monto total de 5,5 millones de dólares (unos 5.140.000 euros), cuyo destino se desconoce. El mismo periódico también desveló que Cristiani fue director, propietario o presidente de al menos 15 empresas offshore en las Islas Vírgenes, Británicas y Panamá desde 1992 hasta 2018, por lo menos.
Reorganización política a meses de las elecciones
Bukele además aprovechó su discurso a la nación para anunciar un reordenamiento político-administrativo del territorio nacional. Ahora, El Salvador pasará de tener 262 alcaldías a solo 44. Según Bukele, esta medida tiene la finalidad de reducir el gasto público y maximizar la inversión en obras para las comunidades. “Los municipios no cambiarán de nombre, por lo que podrán seguir celebrando sus fiestas patronales como siempre. Ni los empleados públicos serán despedidos. Los que se van son los puestos de confianza”, aseguró.
Bukele además señaló que con esta redistribución también busca combatir la corrupción. Sin embargo, esta medida ha sido vista por la oposición como una estrategia para beneficiarse en las próximas elecciones. “Cualquier cambio al sistema electoral, a menos de un año antes de las elecciones, responde a una sola cosa: miedo”, escribió Andy Failer, presidente del partido político Nuestro Tiempo. Este partido recientemente anunció a sus dos posibles precandidatos presidenciales y convocó a las diferentes fuerzas políticas del país a apoyar una candidatura única desde un grupo plural de la sociedad civil.
