Cannava, la empresa estatal jujeña que Gerardo Morales puso en funcionamiento en 2018 para dedicarla a la producción de cannabis medicinal de grado farmacéutico, ya es hoy la compañía líder en la industria Argentina.
Ahora, el Gobernador dio un paso novedoso que impacta en el tablero productivo del país, con proyección global: construirá un parque de incubación de unidades productivas privadas, que a modo de franquicias biotecnológicas, producirán cannabis medicinal de alta calidad para cubrir la mayor demanda productiva de la sociedad estatal.
El sistema es una franquicia agrotecnológica y apunta a cumplir los más exigentes estándares de calidad en línea con los requerimientos de la industria a nivel internacional, siguiendo los manuales productivos que la provincia pudo desarrollar gracias a su experiencia productiva en estos 5 años.
Este producto ya se utiliza hoy para tratar no solo epilepsia sino también dolores crónicos, ansiedad y coadyuvar en tratamientos oncológicos y tratamientos odontológicos, entre otros usos (Franco Fafasuli)
La sociedad estatal de Jujuy Cannava, creada en 2018, fue habilitada en octubre del año pasado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica(ANMAT) como elaboradora de fármacos a base de cannabis sativa por lo que comenzará a poner a punto su planta farmacéutica industrial, con capacidad para procesar hasta 20 kg de inflorescencias por hora.
Desde diciembre del 2021, el primer producto vegetal de industria nacional derivado de cannabis, denominado Cannava CBD10 y elaborado íntegramente en Jujuy, se comercializa en todas las farmacias de la provincia.
Este producto ya se utiliza hoy para tratar no solo epilepsia sino también dolores crónicos, ansiedad, mejorar la calidad del sueño, síndromes gastrointestinales, coadyuvar en tratamientos oncológicos y tratamientos odontológicos, entre otros usos que se consignan en los reportes de comercialización que elabora la empresa estatal.
El diseño contempla la instalación de 66 unidades productivas, de las cuales se estima que al menos 40 se pongan en marcha este mismo año (Franco Fafasuli)
El parque de incubación de más de 70 hectáreas será un campus productivo moderno, insertado dentro del complejo de biotecnología que la sociedad estatal ha levantado en finca El Pongo.
Dentro de esa superficie, el diseño contempla la instalación de 66 unidades productivas, de las cuales se estima que al menos 40 se pongan en marcha este mismo año.
Cada unidad productiva consistirá en un invernadero altamente tecnificado y automatizado, de 2.500 metros cuadrados, con capacidad para producción de cerca de 2.000 plantas por ciclo, en 3 o 4 ciclos anuales.
Gastón Morales, presidente de Cannava, la sociedad estatal formada por Jujuy para producir cannabis medicinal (Foto: Franco Fafasuli)
La provincia instalará los 40 invernaderos -que ya están en camino desde China- y toda la infraestructura tecnológica asociada (aprovechando los estrechos vínculos que la Gestión de Morales supo desarrollar con el gigante asiático en estos 8 años de gobierno)
La empresa estatal establecerá los procedimientos operativos estándar, que son ni más ni menos que los manuales de calidad y de operación que cada titular de una licencia de “operación” deberá respetar a lo largo del tiempo, siguiendo la lógica de la estrategia de aseguramiento de la calidad que implementa la empresa estatal.
Estos manuales son el resultado de estos años de aprendizaje y puesta a punto de los modelos tecnológicos y productivos, apuntando a los niveles de excelencia que exige el mercado de biofármacos en Europa.
El ingrediente farmacéutico activo de cannabis sirve también para producir aceites y tinturas (Franco Fafasuli)
Cada unidad productiva deberá producir un mínimo de kilos de materia vegetal por año, y deberán cumplir con rigurosos estándares mínimos de calidad, desde valores microbiológicos aceptables en virtud de valores de farmacopeas internacionales hasta cuestiones como el calibre y el nivel de cannabinoides y terpenos de cada lote.
Para otorgar las licencias de operación, el gobierno de Jujuy realizará una convocatoria pública provincial y nacional, y cada interesado deberá presentar sus solicitudes.
La evaluación económica y técnica de estas solicitudes será determinante para la selección de los titulares de las licencias de operación y la suscripción de los respectivos contratos de abastecimiento, los que estarán dirigidos a cubrir el crecimiento de la demanda de la empresa estatal.
Un sistema de auditorías y puntajes ira determinando la calidad de operación de cada unidad productiva, factor crucial para la determinación de los precios de transferencias del material vegetal producido. Todo el predio se encontrara vigilado y sometido al control del cuerpo especial de las fuerzas de seguridad de la provincia que viene implementando el protocolo de seguridad asociado al sistema productivo.
(Franco Fafasuli)
Con esta apuesta, se mueve el tablero del cannabis medicinal argentino: no sólo habilita una metodología novedosa dirigida a la inserción del sector privado en un sistema de producción de cannabis medicinal de alto nivel, sino que además apunta a que esa producción se realice en línea con los estándares de calidad internacionales, factor clave para ocupar el tan ansiado espacio que todos imaginan a la hora de hablar de la potencia económica del mercado del cannabis medicinal.
En esta misma línea, se destaca que para cubrir esa mayor demanda productiva, Jujuy podría haber optado por aumentar la producción en cabeza del Estado; pero en una clara señal de política pública, abre la cancha al sector privado nacional para insertarlo a un nuevo mercado al que la provincia apostó desde sus cimientos, cuando este no existía.
Además, Jujuy ya está desarrollando un plan maestro de mejoramiento genético y de cultivo de tejido celular in vitro
Se estima que cada unidad productiva emplee entre 7 y 10 trabajadores directos. Es decir que en su primera etapa, este plan lanzado por Morales creará cerca de 400 nuevos puestos de trabajo directos y estables a lo largo de todo el año.
La capacidad de facturación anual de este sistema de unidades productivas privadas rondará los 20 millones de dólares anuales, convirtiéndose en una alternativa real para la diversificación de la matriz productiva de la provincia y la región.
Además, Jujuy ya está desarrollando un plan maestro de mejoramiento genético y de cultivo de tejido celular in vitro, lo que le permitirá tener una escala biotecnológica que garantizará las mejores genéticas y los plantines más sanos para este modelo productivo, que luego podrá ser fácilmente replicable a otras plantas medicinales o con fines alimenticios.
El cannabidiol (CBD) demuestra efectividad en el tratamiento de la ansiedad y la depresión, entre otros. (Andina)
Con esta movida, Gerardo Morales apunta a convertir no sólo a la provincia de Jujuy sino a la Argentina, en uno de los actores globales más estables y confiables dentro de la cadena internacional de suministro de cannabis medicinal de grado farmacéutico.
“El redescubrimiento de la potencia científica de la humilde planta en su capacidad para aliviar a las personas en el dolor y en la enfermedad es un golpe a la soberbia de nuestras estructuras y nos permite potenciar el conocimiento. Esto nos acerca a lo que padece el otro. Nunca antes un medicamento tuvo semejante fuerza y vocación de permitirnos ponernos en el lugar del otro”, consideró Gastón Morales, el cerebro de este proyecto vanguardista que llega para sumar su producción a lo que hasta ahora venían haciendo en la ilegalidad los cultivadores solidarios y las organizaciones cannábicas sin respaldo del Estado.