El desafío para la noche de eliminación del último domingo parecía mucho más fácil de lo que finalmente resultó, y es que debían realizar 10 empanadas fritas con dos rellenos completamente originales, dos repulgues distintos y dos salsas que acompañen a las preparaciones. Según les detallaron, los competidores tenían 3 minutos para ir al mercado a buscar los ingredientes necesarios, además de otros 70 para realizar las llamadas “empanadas de su vida”.
Una de las primeras aclaraciones también fue que no se permitiría la elaboración de un relleno de carne simple o de jamón y queso. Así, después de que los chefs les dieran algunos tips para la masa y les señalaran ciertas condiciones para preparar el relleno, los participantes fueron hasta el mercado a buscar lo necesario.
Rodolfo fue directo a las especias, ya que como él mismo explicó: “Me da pavor no tener los condimentos”, aunque ese detalle fue el que lo llevó a no encontrar proteínas al momento de llegar a las heladeras destinadas a tal fin. “Me doy cuenta de que me faltaron unas pasas que se las quería poner a mis empanadas de queso y me doy cuenta de que me faltaba también la miel”, detalló.
Al volver de buscar los ingredientes, una pregunta de Wanda Nara, al frente del ciclo, detonó el conflicto. “¿Pudieron conseguir todo lo que necesitaban?”. La cara de Rodolfo en ese instante se volvió indisimulable, por lo que ella se centró en él y la preguntó qué estaba ocurriendo. “¡Qué carita! ¿Qué pasó, Rodolfo?”.
“Me robaron todas las proteínas, pero bueno”, expresó el periodista, que luego aclaró: “No, bueno, no me robaron, se adelantaron a tomar las proteínas”. En ese instante, a sus espaldas, Candelaria no se quedó callada: “Ay, a él siempre le pasa algo. A él siempre algo le falta”, lo que provocó un silencio en el estudio y que el aludido se diera vuelta para mirarla a los ojos.