Faltaban apenas 15 minutos para las diez de la noche cuando Gran Hermano, el reality más esperado del año, abrió sus puertas a la audiencia argentina. En el estudio de Telefe, los aplausos resonaban como un eco imparable, mientras Santiago del Moro, nuevamente en su rol de carismático conductor, irradiaba energía al dar la bienvenida. Desde las tribunas, un público exaltado respondía al saludo, mientras millones de televidentes se acomodaban frente a sus pantallas, expectantes por conocer a los 24 participantes que prometían convertirse en los nuevos protagonistas de una épica mediática.
En paralelo, las redes sociales ardían. La etiqueta #GranHermano ascendía como un meteoro en X, consolidándose como tendencia en cuestión de minutos. Y en la competencia por la audiencia, el canal lideraba con contundencia: el noticiero que precedió al reality marcó un sólido piso de 11.5 puntos de rating, lo que dejó el terreno listo para lo que sería una noche inolvidable. Apenas comenzó el programa, la cifra escaló a 16.8 puntos, un número que encendió las alarmas del resto de los canales. En El Trece, The Floor apenas alcanzaba un distante 5.2, demostrando que la batalla estaba definida desde el arranque.
El desfile de los participantes, cada uno con sus historias, acentos y promesas de juego, capturó la atención del público y elevó el rating minuto a minuto. De los iniciales 16.8 puntos, se pasó rápidamente a 18.3, dejando a todos al borde del asombro. Cuando el último participante cruzó la puerta de la emblemática casa, el marcador tocó un pico de 19.3 puntos, un registro que confirmó el éxito de esta primera noche. Aunque no se alcanzaron los tan ansiados 20 puntos, el promedio se mantuvo sólido entre 17 y 18 puntos durante toda la emisión. Un comienzo auspicioso que ahora plantea el desafío de mantener la fidelidad de una audiencia exigente.
Como ya es tradición, Gran Hermano no se limita a la emisión nocturna en Telefe. A lo largo del día, el streaming y las redes sociales amplían la experiencia, permitiendo que el público sea testigo de cada movimiento, susurro y estrategia de los jugadores. Segmentos como “Fuera de joda”, “El debate” o “Espiando la casa” vuelven a ocupar un lugar central en la programación paralela, mientras que el regreso de “La noche de los ex”, moderado por Roberto Funes Ugarte, promete reavivar historias y polémicas del pasado.24 jugadores son los que ingresaron en la casa en esta multitudinaria edicón
La interacción inicial entre Del Moro y los jugadores marcó un momento clave de la noche. Desde la pantalla del living, el conductor ofreció un mensaje contundente, una mezcla de consejo paternal y advertencia. “Gran Hermano vio algo especial en ustedes. No lo desperdicien.” Poco después, la voz omnipresente del propio Gran Hermano resonó con autoridad: “Espero que jueguen limpio y aprovechen esta oportunidad. Este es su momento.” La bienvenida culminó con un brindis colectivo, un gesto simbólico de inicio para lo que será una convivencia marcada por alianzas, traiciones y emociones desbordantes.
Con esta nueva edición, Gran Hermano reafirma su lugar como uno de los formatos más exitosos de la televisión argentina. El desafío, como siempre, no solo radica en mantener el interés del público, sino en construir historias que queden grabadas en la memoria colectiva. Los números prometedores de esta primera noche son apenas el inicio de un relato que se extenderá durante meses, donde cada estrategia, cada conflicto y cada victoria se convertirán en capítulos de un fenómeno que, una vez más, busca redefinir el entretenimiento televisivo. El juego está en marcha.