En los albores de la Pascua judía, denominado Pesaj, se debe seguir ciertas reglas respecto a la comida y a la selección de alimentos. Esta festividad está considerado como una de las principales en el mundo religioso y cultural judío, por lo cual es importante conocer cuáles platos son indispensables para la celebración.
Sea la tendencia o la tradición que se siga, sefardí o asquenazi, uno de los alimentos primordiales de la fecha es el pan de ácimo, conocido como matza. Según las escrituras, el pesaj recuerda la gesta de la liberación del pueblo judío de la esclavitud, que eran sometidos por los faraones egipcios, escapando al oriente gracias a la intervención divina.
Matza

La fiesta se desarrolla a lo largo de ocho días, durante los cuales está prohibido el consumo de cualquier producto fermentado de cinco tipos distintos de granos: cebada, avena, trigo, espelta y centeno. Es crucial el ayuno de estas variedades de cereales en el rito, cualquier consumo violaría la tradicional conmemoración. Al contrario, el plato seder del pesaj contiene los ingredientes permitidos por la efeméride religiosa: lechuga romana (maror), hueso de cordero (z´roa), rábano con remolacha picada (charoset jrein), apio (karpas) y huevo (beitzah).
Por ese motivo, se evita la ingesta de todo tipo de pastas, panes, harinas, levaduras, galletitas y bebidas fermentadas o cualquier producto que contengan esos granos. Lo más relevante es no consumir comidas que contengan levadura, denominado jametz, que un rabino indicara en su nómina.
El listado también incluye estos ingredientes, comidas y bebidas: pan, pastas, tortas, cerveza, salsa de soja, whisky, harina, corn flakes, alimentos con gluten, pizzas, alimentos congelados y preparados con polvo para hornear.