El supercohete, formado por una nave (Starship) y un propulsor (Super Heavy Rocket) completamente integrados, pudo despegar en esta ocasión después del intento fallido del lunes, cuando los técnicos de la compañía del multimillonario Elon Musk desistieron al detectar que una válvula de presurización estaba congelada.
Aproximadamente dos minutos y medio después del despegue de este jueves, se esperaba que el cohete propulsor Super Heavy gaste la mayor parte de su combustible y se separe de la nave espacial Starship, dejando que el propulsor se deseche en el océano.
“Con una prueba como esta, el éxito proviene de lo que aprendemos, y la prueba de hoy nos ayudará a mejorar la confiabilidad de Starship mientras SpaceX busca hacer que la vida sea multiplanetaria”, publicó tras el lanzamiento en su cuenta de Twitter la compañía que dirige el multimillonario Elon Musk.
“Como si la prueba de vuelo no fuera lo suficientemente emocionante, Starship experimentó un rápido desmontaje no programado antes de la separación de la etapa”, agregaron.
Starship: 3 datos sobre el supercohete de SpaceX
- Con una altura de casi 120 metros y un peso de 5 millones de kilogramos, la nave puede llevar hasta 150 kilogramos de carga. En el futuro se espera que también aloje pasajeros, en viajes con destino a la Luna y a Marte.
- Cada lanzamiento del monumental cohete, el más grande jamás construido por la humanidad, insume un presupuesto aproximado a los 2.000 millones de dólares.
- La iniciativa de SpaceX sufrió varios retrasos, incluyendo un revés cuando el año pasado la FAA (autoridad máxima en Estados Unidos en lo que respecta a la actividad aérea) registró impacto ambiental en la base texana de la compañía, alternado su agenda. Además, en los primeros lanzamientos de prueba ocurrieron explosiones, cuyas imágenes generaron gran impacto.